La obesidad se caracteriza por ser una enfermedad con exceso de grasa corporal, que intuitivamente lo relacionamos con las personas con sobrepeso y obesidad, pero no tenemos en cuenta que, incluso las personas con peso normal podrían tener exceso de grasa corporal y, en ese caso, tendrían el mismo riesgo a sufrir anomalías metabólicas.
En este caso se utiliza mucho el IMC para poder catalogar a un individuo en un rango de salud u otro, será una buena herramienta para evaluar a grandes grupos poblacionales y suele ser bastante útil, pero para valorar una sola persona habrá que individualizar y estudiar caso por caso.


Sabido esto, nos podemos encontrar con dos personas que aparentemente tengan un estado de salud y un peso similar debido a que presentan el mismo IMC, pero, ¿es realmente así?
Metabólicamente obesos con peso normal: MONW
Estos individuos tienen poca grasa subcutánea y un IMC dentro de la normalidad, pero presentan una serie de alteraciones metabólicas que pueden pasar desapercibidas si no se examinan correctamente. En este caso, ni el peso ni el IMC reflejan un mal estado de salud, tampoco las ecuaciones para grasa corporal, así, deberemos fijarnos en otros marcadores; distribución y localización precisa de la grasa y algunos parámetros analíticos como el colesterol, los triglicéridos y los niveles de inflamación. En casos más graves se verá reflejado en las transaminasas elevadas -otro parámetro analítico-, el cuál indicará que la grasa está infiltrada en el hígado.
Tienen la grasa localizada mayormente en los tejidos viscerales. Esta grasa, denominada grasa ectópica-, se localiza en sitios como hígado o corazón, que va a desencadenar una respuesta inflamatoria elevada, hipertensión, resistencia a la insulina, hígado graso, entre otros.
En las analíticas, en vez de centrarnos siempre en los niveles LDL-colesterol, debemos mirar también los triglicéridos, los cuáles dan una visión más exacta y fiable del estado de salud cardiovascular del individuo en cuestión.
Obesos metabólicamente delgados: MHO
Un 20% de los individuos catalogados por el BMI como obesos tienen una adecuada sensibilidad a la insulina y su organismo se comporta metabólicamente como el de una persona delgada. En esta categoría se podrían incluir los culturistas.
Siguiendo este mismo ejemplo: ¿Verdad que los culturistas tienen el tejido muscular muy desarrollado? Si solamente nos fijamos en su IMC, éste seguramente nos indicará que el culturista tiene sobrepeso u obesidad, pero si analizamos un poco y profundizamos, veremos que la relación entre grasa y músculo es significativamente muy diferente de una persona realmente obesa y sedentaria.
Otra forma efectiva de determinar la gravedad del riesgo cardiovascular y, a la vez, comprobar si el individuo que tenemos delante tiene realmente riesgo cardiovascular, es medir el perímetro abdominal: Hombres >102 cm y en mujeres >88 cm.



