La inflamación es un proceso normal y fisiológico que ocurre en todos los seres humanos en cuanto nuestro cuerpo reconoce una agresión, ya sea externa o interna, y reacciona ante él con el objetivo de limitar ese daño.
Tras una lesión o una infección siempre habrá una inflamación inicial aguda y una posterior resolución. En cuanto empieza la inflamación inicial fisiológica podemos experimentar mucho dolor y no es de extrañar que acudamos a tomar medicación, pero deberíamos saber que es un error y que esto favorecerá que no haya una resolución óptima del proceso.
Asimismo, el problema viene cuando esa inflamación no tiene una resolución óptima o se producen episodios múltiples en el mismo sitio, entonces aparece una inflamación de bajo grado sostenido en el tiempo que se cronifica y queda sin resolver.


Algunas de las causas de la inflamación pueden ser:
- Desequilibrio entre la proporción de alimentos pro y antiinflamatorios. Elevadas cantidades de alimentos refinados, grasas saturadas y poco saludables frente a una baja ingesta de verduras y frutas, grasas saludables y proteína de calidad.
- Bajo consumo de antioxidantes, tales como moras, fresas, granada, arándanos, uvas, bayas de Goji, frutas cítricas, frutos secos, espárragos y brócoli, entre muchos otros.
- Dieta occidental con una gran presencia de productos ultra procesados.
- Hábitos tóxicos como el consumo de alcohol o el tabaco.
- Pocas horas de descanso o mala calidad del sueño.
- Realizar ejercicio físico en exceso, ya que sometemos al cuerpo a demasiado estrés.



